Anclado en todo momento en la Palabra de Dios como maxima autoridad y criterio ultimo de toda verdad y practica, no por eso ha dejado de dialogar con infinidad de autores ni de leer sus obras, para confrontar y ser confrontado en su fe. Para saber y hacer saber. Y de esa abundancia de lecturas y saberes habla su pluma con un corazon enardecido y arrebatado por la verdad de Cristo, iluminando aspectos de la teologia, de la fe, de la cultura, de la politica, de la economia, de todo aquello que interesa al creyente de hoy. El lector, conducido suavemente de la mano, sin cansarse, en un sano ejercicio mental que no le lleva mas de un par de minutos, cada dia es invitado a reflexionar y plantearse una nueva cuestion, no ociosa sino vital para su vida como individuo y como miembro de una comunidad."