Los agentes de cambio son pioneros, empresarios, innovadores. Pueden ser dificiles, hostigosos y exigentes. No obstante, su llamamiento tambien es dificil: tomar una vision y esforzarse por convertirla en realidad. Cuando a Steve Chalke le pidieron que fuera el pastor principal de una iglesia moribunda en el centro de la ciudad, sabia lo que queria: convertirla en un equivalente cristiano de la sinagoga del primer siglo. Un lugar en donde la comunidad se reuniera, no solo para orar y oir sermones, sino tambien para educarse, hallar diversion y ayuda. Hacer que esto sucediera fue lo mas dificil. En Agentes de cambio el autor comparte veinticinco lecciones que aprendio durante este trabajo. Tuvo que ensenarse a si mismo a responder, no a reaccionar; a decir que no mas que decir que si, dejando a un lado el ser amigo de todos; y a aceptar que todo exito era apenas un breve respiro entre dos crisis. Empleando el humor y la ironia, ejemplos personales, y una gran dosis de consejos practicos, Steve Chalke nos recuerda que se trata de hacer nuestro trabajo, no de ser precavidos, y que la Palabra de Dios recibe recompensa por medio de la obra que llevamos a cabo. Cristo nos observa y espera que nos arriesguemos y produzcamos un cambio en la iglesia, la comunidad y el mundo en general."