Dios tiene como meta personal formarse un Pueblo Santo para sentarlo con l en su trono al final de los tiempos, cuando Jesucristo regrese a revisarnos la tarea. Para lograr esta meta Dios ha ofrecido dos pactos a los hombres. Las diferentes respuestas de los seres humanos a estos dos pactos determinan tres etapas de crecimiento espiritual personal. Estas etapas de crecimiento, a su vez, determinan los tres programas de servicio que debe ofrecer la comunidad de creyentes para apoyar a sus miembros. Y estos programas de servicio, a su vez, determinan la estructura organizacional apropiada que debe tener la comunidad de creyentes para ofrecer un excelente servicio a sus miembros. Una vez que entendemos cual es la meta personal de Dios, y decidimos comprometernos con l para servirlo conforme a su voluntad, entonces el prop sito de nuestra vida ser el de servir a Dios participando en la edificaci n espiritual de una comunidad de creyentes, en donde sus miembros est n creciendo en santidad a nivel personal y en justicia a nivel comunitario. Ram n M. N ez obtuvo una licenciatura en Ciencias F sicas del Instituto Tecnol gico y de Estudios Superiores de Monterrey, en M xico, una maestr a en Ciencia de Materiales de la Universidad de Texas en Austin, y una maestr a en Artes en Estudios Teol gicos del Seminario Teol gico Presbiteriano de Austin. Fue propietario y administrador de la Librer a Jerusal n en Ciudad Victoria durante once a os. Fund y dirigi durante varios a os la congregaci n Amistad Cristiana de Ciudad Victoria. Ha sido profesor de matem ticas universitarias en el Tecnol gico de Monterrey durante diez y seis a os, y es profesor de cursos b blicos en el Seminario Metodista Juan Wesley de Monterrey. Sus seis hijos son profesionistas cristianos que sirven al Se or en la edificaci n de su reino.