Mientras su visi n terrenal mengua, la gloria del cielo ilumina a medida que Billy Graham, el querido evangelista, comparte la realidad de la eternidad desde su pasado y presente. Si bien ya no predica desde los estadios mundiales, sentir s que su coraz n a n late con fuerza con la rotunda certeza de que pasar la eternidad con Jesucristo, el salvador del mundo, invitando a otros a contemplar su esperanza eterna. Cuando se le pregunt , d nde est el cielo? el se or Graham sabiamente respondi el cielo es donde est Jesucristo, y yo voy a l pronto . Este pensamiento origin el t tulo Donde yo est , tomado de la mayor promesa jam s dada a la raza humana cuando Jes s dijo: no se angustien. Conf en en Dios, conf en tambi n en m ... Voy a prepararles un lugar... Vendr para llev rmelos conmigo. As ustedes estar n donde yo est (Juan 14. 1-4). Justo despu s de su cumplea os n mero noventa y cinco en 2013, proclam con decisi n: Cuando muera, d ganle a otros que he ido a mi Se or y Salvador Jesucristo, ah es donde estoy . Mientras nuestra naci n y el mundo, trabaja duro en medio de las incertidumbres pol ticas, econ micas y culturales, los lectores encontrar n consuelo en la esperanza que viene de la verdad inmutable de la Palabra de Dios, obtenida de un hombre que le gustar a ser recordado como un predicador del Evangelio de Jesucristo. Ya sea que hablemos con un presidente de Estados Unidos, l der mundial, hombre com n, o ser entrevistado en la televisi n, el se or Graham siempre comienza su respuesta con la Biblia dice , y ahora comparte lo que dice la Biblia acerca de la eternidad en sus sesenta y seis libros. Cada breve cap tulo examina la realidad de que cada uno de nosotros elige d nde pasar la vida despu s de la muerte: el cielo o el infierno. Del escritor del Antiguo Testamento que escribi SE OR, hazme conocer tus caminos (Sal. 25.4) para el escritor del Nuevo Testamento que escribi las palabras de Jes s: El que cree en m , no se pierda , hay esperanza para todo el que ponga su fe y confianza en aquel que nos da la promesa, donde yo estoy, ustedes tambi n est n.